Hace varios miles de años, una estrella a
unos 160.000 años luz de distancia explotó, esparciendo metralla
estelar a través del cielo. Las consecuencias de esta detonación
energética se muestran aquí, en esta espectacular imagen captada por la
Cámara de Campo Ancho 3 del Telescopio Espacial Hubble de la NASA/ESA.
La estrella que explotó era una blanca
enana localizada en la Gran Nube de Magallanes, una de nuestras galaxias
vecinas más cercanas. Alrededor del 97% de las estrellas dentro de la
Vía Láctea que tienen entre una décima y 8 veces la masa del Sol
terminen como blancas enanas. Estas estrellas pueden enfrentar varios
destinos, uno de los cuales es explotar como una supernova, uno de los
eventos más brillantes jamás observados en la Universo. Si una blanca
enana es parte de un sistema estelar binario, puede desviar materiales
de un compañero próximo. Después de engullir más de lo que puede
manejar, e hincharse aproximadamente 1,5 veces el tamaño de nuestro Sol,
la estrella se vuelve inestable y se incendia como una supernova tipo
Ia.
Este fue el caso del remanente de
supernova mostrado aquí, que es conocida como DEM L71. Se formó cuando
una blanca enana llegó al final de su vida y se rasgó, expulsando una
nube súper caliente de escombros en el proceso. Golpeándose con el gas
interestelar a su alrededor, esta metralla estelar gradualmente se
esparció en filamentos de material vistos en este espectacular paisaje
celeste.
Image credit: ESA/Hubble & NASA, Y. Chu
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